“La sanación es un proceso que va más allá de la curación del cuerpo físico…”

A mi padre le diagnosticaron 3 meses de vida y vivió 18 años más

«La sanación es un proceso que va más allá de la curación del cuerpo físico. Es un proceso emocional, mental y espiritual, sorprendentemente poderoso que nos acerca a quienes realmente somos y a nuestro propósito en este mundo. Sanar es regresar a nuestro estado de integridad.»

Por Stella Maris Maruso Directora de la Fundación Salud. Autora de El laboratorio del alma y El laboratorio interior

En mi experiencia de más de treinta años acompañando a personas que atraviesan crisis severas en sus vidas, entre las cuales puede estar una grave enfermedad, he comprobado que la sanación es accesible a todos los seres humanos, mientras que la curación no necesariamente lo es. Hay personas que se sanan y se curan. Son lo que llamamos pacientes excepcionales o extraordinarios.

Hay personas cuyo cuerpo no se cura y, sin embargo, parten como triunfadores, habiéndole dado verdadero sentido a su existencia al sanar la totalidad de su ser. La sanación es un proceso que nos acerca a Dios, a la conectividad o como se elija llamar a aquello que nos trasciende, capaz de transformar nuestras vidas y las de nuestros familiares. La mayoría de nosotros, educados en la tradición de la ciencia médica occidental, tendemos a considerar la enfermedad como una especie de falla mecánica del cuerpo, que requiere de “un mecánico debajo del capó” para reconectar los cables y reemplazar las partes. A esto le llamamos curación. En cambio, la sanación es una cuestión de significado, no de mecánica, una respuesta integral que busca entender la experiencia de una enfermedad como parte esencial de la vida.

Según este enfoque, quien sana no es el paciente sino la persona, que necesita que sean atendidos los diferentes niveles de su ser: sus aspectos físicos, psicológicos, espirituales, sus relaciones, su entorno y las interrelaciones entre todos esos niveles. Desde esta mirada, siempre hay mucho por recorrer cuando alguien cree que ya todo está perdido.

LA ESPIRITUALIDAD EN LA REMISIÓN DE ENFERMEDADES

Mi padre fue el primer paciente excepcional que conocí. Le diagnosticaron un cáncer con metástasis múltiples y le dieron apenas tres meses de vida. El remitió por completo la enfermedad y se fue de este mundo 18 años más tarde por un problema cardíaco. Nunca más apareció el cáncer. Las actitudes, hábitos y estados emocionales, desde el amor hasta la compasión y desde el miedo hasta el resentimiento o la rabia, pueden desencadenar reacciones que afectan la química interna optimizando o debilitando nuestro estado funcional. El cuerpo nos avisa permanentemente cuándo algo de lo que pensamos, sentimos o imaginamos, es bueno o malo para nuestra biología, a través de indicadores somáticos de bienestar o malestar que generalmente ignoramos. Nuestros pensamientos provocan reacciones químicas que nos llevan a la adicción de comportamientos y sensaciones. Cuando aprendemos cómo se crean esos malos hábitos que nos condenan como tumbas instaladas en nuestro cerebro, no solo podemos acabar con ellos, sino también reprogramar y desarrollar nuestro cerebro para que aparezcan en nuestra vida comportamientos nuevos.

UN BANCO DE TRES PATAS

Cada ser humano puede estimular sustancias químicas específicas (drogas endógenas) con ayuda de métodos personalizados que pueden movilizar el curso de su biología. La gama de estas drogas abarca estimulantes, antidepresivos, ansiolíticos, analgésicos, etc… Esta es un área extremadamente rica y poco difundida. La participación de un paciente en su recuperación no es algo alternativo ni complementario, es vital. La salud y el bienestar se sostienen sobre un banco de tres patas, la primera son los fármacos, la segunda la cirugía y los procedimientos clínicos y la tercera es el autocuidado de la persona.

DIFERENCIA ENTRE DIAGNÓSTICO Y PRONÓSTICO

Trato de concienciar a las personas de que acepten el diagnóstico, pero jamás un pronóstico; nadie puede saber cuánto tiempo nos queda de vida, ningún mé- dico tiene tanto poder como para determinar la irreversibilidad de la condición biológica de una persona. Siempre hay cosas que se pueden hacer. No acepto un diagnóstico condenatorio. Los seres humanos no somos una estadística. Cada uno de nosotros es único y, aunque podamos tener diagnósticos iguales, la enfermedad es diferente en cada persona. Todos tenemos un potencial que nos permitirá modificar el curso de la enfermedad a través de nuestros mecanismos bioquímicos. La estrecha relación que existe entre la mente y el cuerpo ejerce una profunda influencia sobre la salud y la enfermedad, la vida y la muerte.

Cómo llegar a sanarse en forma integral.

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